El nacimiento de cada uno de mis hijos me ha enseñado a simplificar cada vez más mis tareas diarias con ellos y ¿por qué no? hacerme la vida un poco más fácil o menos complicada.

Antes de que naciera mi hija mayor (5 años) pensaba que lo mejor era que ella durmiera sola en la cuna, así tal cual como en las películas de Hollywood; mamá y papá duermen toda la noche en su cama y bebé obediente y buena duerme tranquilamente en su cuna. Pero ¡Oh sorpresa! cuando nació la cuna, el colchón, las sabanas y la superhipermegaincreible almohada creo que tenían algo que la hacían llorar, porque curiosamente cuando la tenía en mis brazos estaba rendida y en cuanto la ponía en la cuna se despertaba y ya no podía dormir, creo que le hacían cosquillas o algo así . Así que desde esos primeros meses una gran lucha entre la cuna y estos padres primerizos se avecinaba. Por una parte creía que lo mejor era que durmiera en su cuna porque según mi opinión era lo correcto y por otro lado yo quería dormir un poco más por las noches y no tener que estar levantándome cada vez que ella se despertaba. Pero no, yo insistía en que debía dormir sola en su cuna así que durante varios meses estuvimos levantándonos una y otra vez hasta siete y ocho veces, aquello era un auténtico crucero, (cruzar de mi habitación al salón, del salón a la cuna, de la cuna a mi cama y así toda la noche) las caras de zombies al día siguiente no nos la quitaba nadie. Pero bueno yo insistía en que debía dormir sola porque quizá cuando ya fuera momento de ir a la universidad esa «mala costumbre» de dormir en nuestra cama a lo mejor continuaría arraigada (Nótese mi íronia 😉 )

Si eres madre y estás en la misma situación que me encontraba yo, con todo mi cariño y sin ánimo de decirte lo que tienes que hacer, intenta tomar decisiones que te ayuden en primer lugar a preservar la seguridad del bebé por supuesto y también a hacerte la vida más fácil. Es verdad que nuestras madres, abuelas, suegras… son expertas en opinar pero oye ahora es tu momento de ser madre, ellas ya lo tuvieron y lo hicieron lo mejor que pudieron.

«Mi hijo se duerme solo y tranquilo en su cunita desde el primer día» dirá la hija del verdulero, «… a mi hija yo le implemeté el método estivill y me fue de maravilla» dice la vecina de al lado «y yo a la mía me la pego en la teta para poder dormir las dos toda la noche» podrías decir tú si finalmente es lo que te funciona. Ya sabes, cada mamá con sus hijos, sus soluciones y sus cosas. Porque aunque el gran objetivo de la puericultura del siglo XXI sea que las niñas y niños duerman solos, todavía hay madres que quieren dormir con sus hijos.

Finalmente después de tantas luchas y desvelos para que mi hija mayor durmiera sola, decidimos hacer colecho, ¡sí decidimos que durmiera toda la noche con nosotros!, acurrrucada y pegada en la teta cada vez que quisiera y después de unos años, otra vez ¡Oh sorpresa! cuando cumplió tres años ya no quería dormir con nosotros en nuestra cama, ya se sentía muy mayor para dormir con papá y mamá, así que ella misma, sin peleas, gritos ni más desvelos, decidió que ya era hora de decir adiós a nuestra cama. Y en ese momento era yo la que lloraba. Sentía que se estaba haciendo muy mayor y que esos momentos se iba a ir quedando en el olvido poco a poco. Aunque alguna veces cuando se despierta asustada por las noches sabe que la habitación de papá y mamá sigue disponible, y dado el caso que «no haya cupo» en la cama porque sus dos hermanos también se antojaron de dormir con nosotros, entonces la invitamos a ir nuevamente a su habitación con uno de nosotros dos.

Ana María nos enseñó a hacernos la vida más fácil con Gabriela y Andrés y por supuesto hacerla más fácil para ellos también. Y nos pasó igual que con la mayor, ahora que Gabriela tiene tres años ya no quiere dormir en nuestra cama y con Andrés hemos optado también por el colecho, porque conocemos sus beneficios para el/la bebé, los compartimos y porque de paso nos hace las cosas más simples, así que lo acurrucamos, lo pego en la teta y dormimos toda la noche. Espero tener la misma «suerte» que con mis dos hijas, no vaya a ser que cuando se case no haya aprendido a dormir lejos de mi y le forme berrinche a la esposa (Nótese nuevamente mi ironía 😀 )

No hay un consenso por parte de los expertos respecto a si el colecho es una buena práctica o no; tiene sus defensores y sus detractores como todo. Yo personalmente opto por el colecho pero soy consciente que hay casos en que lo más seguro para el bebé es que duerma separado de sus padres. Por ejemplo en el caso de niños/as menores de tres meses con padres fumadores o consumidores de drogas y alcohol, este hecho aumenta hasta cinco veces las probabilidades de muerte súbita del lactante. Así que por supuesto en ese caso yo no estaría de acuerdo que el bebé duerma en la cama de sus padres. Pero si ese no es tu caso quiero mencionarte solo cinco beneficios que como madre he experimentado con el colecho:

  1. El/la bebé aprende a dormir traquilo/a
  2. La calidad del sueño es mayor
  3. Favorece la lactancia
  4. Tu descanso y el de tu pareja es mayor y por supuesto que la calidad del sueño incide en tu estado de animo al día siguiente
  5. Fortalece los vínculos entre madres-padres/hijos-as

Pero realmente mi mayor datos es el que vivo como madre, así que haciendo a un lado las estadísticas yo apunto al colecho porque disfruto mucho compartiendo mi espacio, mi cama, para dormir con mis hijos, serán unos poquitos años en los que tendré la alegría de poder despertarme cada día con ellos a mi lado, ya un día crecerán, se irán y por mi parte quiero recordar con cariño las veces que por las noches despertaba viéndoles dormir a mi lado.

Si te ha resultado útil esta info, compártela con otras mamás, quizá les puede ayudar también.

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