He aprendido que muchas veces lo mejor es que mis hijas experimentan las consecuencias naturales de sus “pequeñas” decisiones.
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🚫 Por supuesto cuando estas no ponen en riesgo sus vidas 🚫 ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
Al salir hoy con Ana María (5 años), como parece que el verano empieza a estar menos intenso, ella quería ponerse un pantalón y blusa de invierno, (no hace calor de 40 pero aún hace calor).
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👩🏽Ana María cariño esa ropa no es apropiada para el calor que está haciendo.
👧🏽Mami que si, que está haciendo mucho frío.
👩🏽Hija te vas a asar, no está haciendo tanto frío como para ponerte esa ropa.
👧🏽Mamá pero es que me voy a congelar si me pongo otra ropa.
👩🏽¡Ana María puedes ponerte ropa de verano!
👧🏽¡No me la voy a poner!
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Ya me empezaba a desesperar, imaginaba luego en el coche diciéndome a mitad de camino que no aguantaba el calor y el tiki taka a lo largo de todo el camino. Así que como vi que no iba a cambiar su opinión le dije que bajara a desayunar mientras yo terminaba de darle el pecho a bebé 👶🏻.
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Unos diez minutos más tarde sube:
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👧🏽Mamá vaya calor el que tengo, he desayunado y no aguanto ya el calor. Así que entró a su habitación y se cambió la ropa.
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🙌🏽 Dejar que experimentara las consecuencias naturales de sus decisiones evitó un sermón mañanero, la intensa lucha de poder y conseguimos que se vistiera como era adecuado para la época en la que estamos 😉.
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¡Ojo! Importante evitar el sermón posterior de: “ves, yo lo sabía, es que no aprendes, eres igual de terco que tu padre, abuelo o el que se nos ocurra en ese momento”. ⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀
El objetivo no es que haya un ganador sino que nuestros hijos aprendan por su propia experiencia que sus decisiones tienen una consecuencia natural.

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