«Cuando tenga un trabajo entonces será el momento de empezar”, “han sido demasiados mis fracasos para pensar en salir adelante”, “pero vamos! ¿no te das cuenta que estamos en crisis?, “tu no puedes entender por qué no he sido exitoso” “si, si el tema suena bien y se de lo que me hablas pero…”

Estas son algunas de las expresiones o pensamientos que he alcanzado a escuchar a lo largo de mi trabajo como coach en el área de gestión del talento y pienso en la capacidad que tenemos los seres humanos de buscar siempre nuestra zona de conformismo a través de excusas o cualquier otro medio cuando no queremos hacer aquello que sabemos puede marcar la diferencia en nuestras vidas y pensando en ello creo que muchas de las televentas se sostienen de personas que piensan que con ponerse una banda térmica obtendrán un abdomen marcado, o que unas pastillas mágicas le harán perder los 20 kilos de sobrepeso sin esfuerzo alguno e incluso la súper malteada que le hará bajar 1 kilo en una semana mientras ven su peli favorita. «Y por la compra de uno llévate el otro completamente gratis, compra ya!!!» Posiblemente estos son los argumentos que a muchos les gustaría escuchar cuando decimos que la potencialización de nuestros talentos requiere de tiempo, responsabilidad y concentración.

Posiblemente estamos saturados de un mundo inmediatista pero si somos sinceros con nosotros mismos sabemos que esos “métodos mágicos” no funcionan. Gestionar nuestros talentos y nuestra marca profesional consiste en la realización progresiva de un ideal que merece la pena ser vivido, así que para ello no se necesita ser superdotado, millonario o tener poderes ultra especiales, basta con reconocer que la manera como venimos haciendo las cosas puede ser uno de los obstáculos para alcanzar lo que deseamos y a partir de allí tomar acción concentrándonos en lo que queremos lograr. No te estoy diciendo que cuando gestionas tu talento y tu marca profesional te vas a convertir en una persona poderosa o que mañana mismo te llamaran para contratarte en una multinacional pero lo que si te puedo asegurar es que en la medida que empiezas a tomar acción en aquello que deseas alcanzar tienes más posibilidades de llegar a tu destino que aquel que sigue llorando sobre la leche derramada. Recordemos que el logro de pequeñas tareas nos motiva a pensar que el objetivo grande es alcanzable y nos da la energía que necesitamos para seguir.

Para finalizar quiero señalar cuatro aspectos que en mi opinión es preciso tener en cuenta:

  • Cada acción tenga una intención: Es preciso indagar lo que queremos alcanzar para evitar estar a la deriva apuntando a un lado y otro.
  • Darle una “patada” a nuestras excusas: Recordemos que precisamente han sido esas evasivas las que no nos han permitido avanzar. Si nos tomamos la responsabilidad de evaluarlas nos daremos cuenta que no tienen el peso que nosotros mismos le hemos otorgado.
  • Poner nuestra mirada en el presente: Es necesario que dejemos de pensar en los fracasos que tuvimos ayer y utilicemos nuestro hoy haciendo lo que realmente nos gusta o en algunos casos puede ser que no nos guste (como ser pacientes, puntuales, planificadores, etc) pero apunta a nuestro objetivo global.
  • Enfocarnos en los logros que estamos obteniendo: Como sabemos todo proceso requiere de tiempo, esfuerzo y paciencia, así que en este punto es preciso que nos enfoquemos mejor en lo que estamos logrando debido a que esto nos mantendrá más motivados que si pensamos únicamente en los errores cometidos. Recordemos que muchas veces el problema no es realmente un problema sino una actitud.

Como ya lo mencioné, para gestionar nuestros talentos no necesitamos ser superhéroes, pero si implica la toma de decisiones personales que nos llevarán a ser más que una persona talentosa, seremos personas con Marca propia y en nuestro ámbito laboral con Marca Profesional.

Milena Gonzalez

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