Las cosas se rompen y se pueden recuperar pero los gritos de mamá duelen para siempre.
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Abracemos mucho, cuando ríen pero también cuando están enfadados, puede ser que dentro de unos años esos abrazos ya no lleguen tan seguido. No te olvides de abrazar, da abrazos que abracen el alma, dalos siempre y no los niegues nunca.
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Ser mamá no es fácil, tratar de “dialogar” con el cerebro emocional de nuestros hijos es todo un reto, sus emociones muchas veces los desbordan y si nosotras estamos cansadas podemos terminar desbordadas igual que ellos.
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Una cosa trato de recordar cada día, sobretodo en esos momentos donde parece que el llanto o el enfado se ha apoderado de ellos, y es que cuando las “personas pequeñitas” están invadidas de emociones grandotas, es nuestro trabajo compartirles nuestra calma, en lugar de unirnos a su caos.
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Todo esto también pasará, las rabietas, los llantos incontrolables, las peleas en el parque, los juguetes en el suelo por casa, las luchas matutinas… pero recordar que yo seré madre toda la vida y ellos niños una sola vez, me hace anhelar cada día hacer de su infancia una etapa memorable.
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Hoy estoy melancólica ☹️pero también se vale estar así, uno de los “talentos” de la melancolía es que nos permite mirar dentro y reflexionar en aquellas cosas que el afán del día a día nos hace olvidar❤️.
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Por cierto de las cosas bonitas que recuerdo de mi infancia, es cuando mi papá llegaba del trabajo y yo le decía que me diera un paseito en la moto y él NUNCA NUNCA se negaba. Y tú, ¿qué recuerdo memorable tienes de tu infancia? Me encantaría que me lo compartieras ❤️

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